FIKA #04: El disfrute como guía
Esta semana escribimos sobre el coraje de elegir el disfrute como brújula, incluso cuando todo nos enseñó a postergarlo.
Hola, hola! ¿Cómo están? Llegó el fika time de esta semana y creo que el tema nos invita a que frenemos justamente para disfrutar. Así que, si todavía no lo hiciste, mimate un poco, preparate algo rico para comer y/o tomar, poné una playlist que te guste, salí a que te dé un poco el sol, elegí tu cuaderno y tu lapicera favorita.
En esta sociedad moderna y los tiempos que nos tocan vivir, ¿cuántas veces realmente nos damos permiso para disfrutar? Para afuera, todos nos llenamos la boca diciendo que nos encanta hacerlo y/o no vemos la hora de poder hacerlo. Pero puertas adentro, no te mientas, decite la verdad, ¿acaso te lo permitís? Está demasiado sobrevalorada la idea de la superproducción que a muchos no los deja ni siquiera frenar a apreciar todo eso que desesperadamente producen sin parar. Y también está subcutáneamente incrustada una creencia que le es fiel al sufrimiento, como filosofía de vida básicamente: todo tiene que costar sangre, dolor y lágrimas porque si no, no vale. Y el que quiere celeste, que le cueste. ¿Te suena familiar?
Últimamente me estuve enfrentado en una batalla personal a estas creencias limitantes que tengo y que tenemos como colectivo. Durante años tuve una identidad creada alrededor del sufrimiento y el victimismo de todo eso. Todavía es muy nueva esta versión de mí que está aprendiendo a seguir otro camino. Todavía hay una parte reactiva que se dispara cuando me pongo a hacer las cosas diferentes, y quiere salir corriendo de nuevo a esa zona de confort llena de sufrimiento, insatisfacción, sacrificio, donde todo pesa y todo es difícil.
¿Y el disfrute? Bien, gracias.
El disfrute real, ese que nace del cuerpo y se extiende a nuestro campo, que nos hace sentir plenitud, satisfacción, gozo; requiere valentía. El disfrute necesita que nos demos permiso primero a hacer espacio para que entre en nuestras vidas y una vez que le abrimos la puerta, necesita que tengamos el coraje para estar al 100% presentes.
El disfrute sólo es en el presente. No se puede disfrutar el pasado ni el futuro.
El disfrute nos pide nuestra atención plena, no hay nada más mindful que gozar la vida.
Debe ser por eso también que nos cuesta tanto sintonizar con esto. Nuestras mentes suelen controlar nuestras vidas y casi siempre se escapan del presente repitiendo el pasado en loop o inventando futuros que todavía no llegan.
Una vez hice un poema hablando del momento del orgasmo y dije en esencia lo mismo. Es que el placer sólo puede existir en el momento presente.
Quiero que pienses en esos momentos. El tiempo se desfigura, el tiempo no existe si hablamos de disfrute. Tanto si hablamos de los llamados “placeres mundanos” como comer o coger o si vamos más allá y hablamos de perder la noción del tiempo porque entraste en “tu zona”, porque estás haciendo algo que amás profundamente.
Es algo que se da naturalmente a veces, pero muchas otras en nuestras vidas ajetreadas tenemos que crear el espacio y crear nuestro propio disfrute. Lo bueno es que está disponible siempre, e incluso podemos encontrarlo en las cosas más pequeñas y simples.
Después de mi balance y reflexión de mitad de año, (que si no leíste todavía el fika anterior te recomiendo que lo leas acá) llegué a la conclusión que quiero que el disfrute sea mi guía, mi nuevo GPS. Quiero llegar a diciembre y poder mirar para atrás con orgullo de que estuve presente en mi vida disfrutando todo lo que se podía disfrutar día a día.
Quiero decirle que no a todo lo que no sea un HELL YES. Quiero disfrutar de cada centímetro de mi cuerpo. Quiero que la duda sólo sea un mal recuerdo de mi yo del pasado. Quiero romantizar cada detalle de mi vida que me llame a hacerlo, porque estoy viva, y la vida no me dió una segunda oportunidad para conformarme con una vida que no es la que deseo. Quiero comer rico. Quiero besar mucho. Quiero el sol en mi piel todas las veces que sea posible. Quiero baños calientes. Quiero caricias. Quiero risas hasta que me duela la panza. Quiero mates con los que amo. Quiero enamorarme de mi propia vida y disfrutarla carajo.
Todo esto es bastante obvio capaz, pero también quiero abrirme a que el disfrute me guíe por el camino de eso que todavía no veo, que no es tan claro, pero que se va a ir mostrando cada vez más si le doy el espacio que necesita.
Te invito a que vos también te preguntes dónde y cuándo te dejás encontrar por el disfrute, y si te animás a que dejes que sea tu guía hacia una vida más presente.
✍🏼 Disparadores para conectar con el disfrute:
¿Qué cosas te hacen sentir placer, alegría o plenitud en el cuerpo… y con qué frecuencia te las permitís?
¿Qué hábitos o pensamientos te impiden disfrutar del presente?
¿Qué idea aprendiste (y hoy querés cuestionar) sobre que todo en la vida tiene que costar o doler?
¿Qué detalles cotidianos podés empezar a romantizar, sin esperar a que todo sea perfecto?
¿Cuándo fue la última vez que te sentiste 100% presente en algo que te dio disfrute? Describilo con todos los sentidos.
¿Qué compromisos podés o querés soltar para crear espacio para el goce, el descanso o el juego?
Escribí una lista de “mini placeres” que están disponibles hoy, sin cambiar nada de tu realidad externa.
¿Qué sería para vos dejarte guiar por el disfrute? ¿Cómo se vería eso en tu día a día?
Gracias por estar ahí del otro lado y regalarte este rato para frenar y volver al cuerpo, al goce, a vos.
Si te nace compartir qué descubriste escribiendo sobre el disfrute, los comentarios están abiertos. Esta es una pequeña comunidad que honra lo real, lo simple y lo vivo.
Nos leemos la próxima semana! Disfrutá.
💋💋
Carli
☕ It’s fika time. Siempre que lo necesites.
Hola Carli, que curioso (en el mejor de los sentidos) esta semana escribí un post sobre el mismo tema: crear desde el disfrute (el cual te invito a leer). Pero ahora completo mi ideas con las tuyas, afirmando que el disfrute, en definitiva, es un acto de presencia